miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Entonces no vas a venir?

Cuando Celia vio la máscara de la congoja en el rostro de Aurora, sintió como propio el sufrimiento que reflejaba. Por primera vez se puso en su lugar y se sintió tan abatida que no pudo evitar buscar en sus labios un beso de consuelo que la consolase también. No importaba si la puerta estaba abierta, si lo tenían prohibido, si era el momento preciso o el lugar adecuado, lo único que importaba era sentir y sintió nacer aquel beso desde el mismo centro de su corazón preocupado. Ver a aquella mujer fuerte tan afectada, más desnuda de lo desnuda que ella la había visto hasta entonces, ofreciéndole una vida entera, hizo que no importase nada. Nada hasta que los ojos de Petra cortaron su aliento mientras buscaba los de Aurora. Fue tanto el miedo que sintió, tanto, que Aurora, la habitación, la ciudad y el propio mundo desaparecieron entre las cuatro paredes blancas que emergieron del suelo acolchadas y que le mostraron un futuro del que no podría escapar de nuevo. Disimuló como pudo el silencio de aquellas paredes y la presión de la camisa que le apretaba los brazos contra el pecho tan fuerte que a penas podía respirar. Sonrió como han de sonreír las mujeres educadas y se apoderó del dolor ajeno de nuevo para evitar el suyo propio. Pudo parecer egoísta y de hecho así se sintió al sentir el alivio de la marcha de Aurora. Por fin podía contárselo a Diana, desahogarse con su hermana del mismo modo en el que su pareja había intentado hacerlo con ella. Se sintió tan egoísta que no tuvo reparos en delatarse, en confesar que había vuelto a besar a Aurora en casa, en ir corriendo donde Petra para asegurarse de que aquella mujer que la había sacado del cráter de un volcán, no fuera arrojada a las llamas del mismísimo infierno.
Los ojos sinceros de Petra liberaron, sin saberlo, a Celia de la pesada carga con la que había llegado hasta la salida de la fábrica. La reacción calmada, las palabras amables, comprensivas e indulgentes y la promesa de que mantendría silencio, hicieron que Celia sintiera como la fina línea que contenía la duda se rompiera por fin. Sonrió y ofreció sin pensarlo su brazo al brazo que la reclamaba. Ese brazo que, convertido en candado, asegura para siempre la amistad de dos personas que tras quererse y odiarse mucho, se han dado cuenta que no pueden vivir la una sin la otra.
Era el momento de ponerse al día, de contarse que momentos de sus vidas se habían perdido, de sentir los dolores y las alegrías al revivirlos, de hablar de amor y desamor, de pedir perdón y de olvidarlo. Era el momento de equilibrar la balanza, de dejar claros los sentimientos, de encontrarse en la otra sin la necesidad de hablar, de lacrar el sobre del pasado y rasgar el del presente, era el momento de comenzar.
Estuvieron hablando toda la noche y el único testigo que presenció aquel renacer fue el crepitar del fuego de la chimenea del salón que habían encendido para no quedarse heladas. Un fuego que parecía rabioso al escuchar los nombres Uribe o Miguel y que se convertía en una tentadora caricia al escuchar el de Aurora o el de Bernardo. Celia sonreía, sonreía de una forma tan constante que empezaba a sentir adormecida la mandíbula. Sonreía porque se sentía liberada del amor no correspondido y correspondida por un amor que no la encadenaba.
Durmió toda la mañana y bajó a la cocina para tomarse un café caliente sin que la vieran sus hermanas cuando se levantó. La dicha que sentía se desvaneció ligeramente al ver a Petra, de nuevo, en la cocina. Tuvo la sensación de que se menospreciaba a si misma de manera innecesaria e insistiéndole estaba en que podía estar por la casa como si fuera una de ellas cuando para su sorpresa apareció Aurora. Habían quedado, tenían que acudir a una reunión del grupo de sufragistas y Celia lo había olvidado por completo. Acababa de prometerle a Petra que la acompañaría a la casa de su padre a por algo más de ropa mientras este trabajaba y era algo que no podían posponer porque el resto de la semana coincidían en la fábrica.
--Lo siento cariño lo había olvidado --se disculpó Celia provocando que Aurora buscase con los ojos aterrorizados la reacción una Petra que permanecía en un silencio impasible y que dejaba claro que conocía su secreto --. No te preocupes, hemos estado hablando.
--Puede estar tranquila. No diré nada, ya metí la pata una vez y no estoy dispuesta a volver a repetirlo. Me gustaría que supiera que de haber sabido lo que mi reacción iba a suponerle a Celia nunca lo hubiera hecho. Gracias por haberme abierto los ojos ayer y discúlpeme por haberla confundido con una amiga.
Aurora no respondió, no podía hacerlo, no entendía porque Celia le había contado a Petra, a la persona que la traicionó, a la que no fue capaz de pensar en las consecuencias que sus actos podían tener, a la que hizo que acabase en manos del doctor Uribe, la verdad. No comprendía como podía otorgarle de nuevo el beneficio de la duda, como se atrevía a arriesgarse a utilizar delante de ella términos cariñosos que dudaba fuera capaz de comprender o de sentir. No entendía nada y sin embargo sentía que lo entendía todo. Estaba tan bloqueada que lo único que acertó a hacer fue una pregunta, una pregunta cuya respuesta no estaba segura de querer escuchar.
--¿Entonces no vas a venir? --preguntó agachando la cabeza en un intento de controlar los celos que se asomaban por los lacrimales de sus ojos.
--Tampoco pasa nada porque vayas un día tu sola ¿no? --respondió Celia buscando de la peor manera posible la comprensión de Aurora que se ahogó en su propia rabia contenida.
--No, supongo que no.
--Yo te prometo que te compensaré --dijo Celia melosa --, mañana por la tarde te voy a dedicar toda la tarde a ti sola -- añadió para desespero de Aurora que sentía como Petra, que a pesar de querer parecer invisible no lo había conseguido, intentaba aparentar una normalidad en la que no confiaba y con la que no se sentía nada cómoda.
--Si, bueno, yo será mejor que me vaya, no quiero llegar tarde --respondió esquivando cualquier tipo de contacto que pudiera hacerla estallar.


La reacción de Aurora dejó a Celia descolocada. ¿Por qué la costaba tanto comprender que no sentía nada por Petra si hasta ella misma ya lo había comprendido?
--Celia. Deberías ir tras ella --dijo Petra rompiendo el silencio que se había adueñado de la estancia.
--¿Tú crees? --preguntó con una duda sincera, valorando con los ojos cuanto afectaría eso a la vida de Petra que había llegado a aquella casa casi con lo puesto y cuanto afectaría a la suya.
--Estoy segura de ello.
--Pero Petra yo te había prometido...
--Estoy segura de que a ella le has prometido mucho más que a mi. Corre si no quieres perderla. Conozco bien la capacidad que tiene los celos de cambiar a las personas Celia y puedo asegurarte de que nunca traen nada bueno. Ve, habla con ella y dila que este tranquila. Te prometo que vuestro secreto esta a salvo conmigo.

7 comentarios:

  1. Pero qué bonito ver a Petra y Celia amigas de nuevo, pero de verdad, sin más mentiras, sin ocultarse información. Me encanta esa noche que cuentas que pasan juntas frente al fuego, poniéndose al día de todo. La verdad es que me alegra que en la serie vuelvan a ser amigas, y que Celia ya tenga superado ese amor unilateral que sintió una vez por la Fuentes, y que Petra acepte a Celia tal y como es, aunque no entienda su forma de amar.

    Pero Aurora, como siempre, me da mucha pena, porque al final sólo ve que Celia la deja en segundo plano para estar con Petra. Celia quiere a Aurora, muchísimo, pero le falta todavía saber hacer las cosas bien en una relación. Menos mal que Petra se porta como una amiga de verdad y le aconseja que vaya tras Aurora. Estoy impaciente por leer cómo será esa escena entre las dos, una escena que probablemente no veremos en la serie.

    Cómo disfruto con este paralelo!!

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  2. Muchas gracias de nuevo ;-) veamos como se desarrolla hoy el capítulo, a ver si puedo seguir con mi teoría o tengo que darle un giro inesperado jejeje

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  4. Perfecto, precioso... no tengo palabras para describirlo. Me encanta. Cada día te superas más. Tienes un don de la palabra. Cada cosa que escribes, cada sentimiento, cada acción,... haces que sienta lo que siente y piense lo que piensa cada personaje y haces que incluso sienta todo como si estuviera presente en cada escena. No sé cómo lo haces pero me encanta en serio. He leído otros fanfics de otras parejas y el tuyo y tu don de las palabras a superado con creces a los otros, sobre todo porque escribes diariamente (razón por la cual supongo que tus relatos son cortos) y eso se agradece. La única pega es que son cortos, pero supongo que será porque no tienes mucho tiempo para escribir y al subirlos casi a diario no te dará tiempo, pero da igual, aún así son increíblemente perfectos. Y he de decirte una cosa, esas escenas de sexo …… me han llegado hasta a mí y he sentido cosas hasta yo jajajajajaja mi más sincera enhorabuena y sigue así jeje besos :D

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    2. Guauuu pedazo de comentario jeje muchísimas gracias por valorar y comprender el "esfuerzo" que supone, aunque confieso que me absorben de tal manera que me lleva mucho tiempo escribirlos, me gusta buscarle a cada palabra el lugar que merece y me lleva mucho tiempo, aunque después sean cortos. Espero compensarlo con la intensidad que pretendo transmitir jejeje muchas gracias de verdad

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    3. Lo compensas tranquila jajajajaj pero lo dicho, aunque sean cortos son fantásticos

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